Historia de un delincuente, «El May»

Por Raúl Flores Martínez / Excélsior

Sentado sobre el cofre de un Datsun 68, “El May” observa el paso del contingente de unidades del Ejército, Marina, Policía Estatal y municipal de Valle de Chalco, un operativo muy común de disuasión ante la constante delincuencia que se desató en la zona oriente mexiquense.

Un golpe al cigarro, al tiempo que disimuladamente se va bajando las mangas de su sudadera para cubrir los tatuajes que saturan sus brazos, tatuajes que delatan que pertenece a una organización criminal. Así lo demuestran los intentos de dibujos y letras que tienen diversos significados que solo él entiende.

En el brazo derecho se le distinguen entre lo verdoso de la piel, 25 calaveras pequeñas, dice que es el número de personas que ha ejecutado por órdenes de su “patrón”, 25 muertes con arma de fuego, navaja y sus propias manos.

“El May” desempeña diversas actividades para el remanente de la organización criminal de La Familia Michoacana en el oriente del Estado de México, actividades que van desde la venta de estupefacientes, robo a casa habitación, transporte público, de carga, robo a transeúnte y venta de armas de diversos calibres.

El contacto se realiza en las inmediaciones de la zona conocida como “El Hoyo” en la delegación Iztapalapa, zona considerada de alta incidencia criminal. En este lugar es conocido por tener todo el cuerpo lleno de tatuajes y por su constante huir de las autoridades.

“El May”, te vende desde una grapa de coca, hasta un tanque de guerra si lo requieres, fue la primera carta de presentación que escuche de este personaje del crimen organizado de la Ciudad de México.

Entrar a la zona de “El Hoyo” sólo se hace con un “pase”, ya sea que entres con alguien que viva dentro o en su defecto que seas acompañado por algún presunto integrante de la delincuencia que tenga vínculos dentro de este sitio.

Dentro de la zona preguntas por “El May”, el silencio se generó al instante, un instante en que las miradas se entrecruzaron, el primero que rompió el silencio fue “El Perro” primo de mi acompañante, quien trabaja como asesor de un diputado.

«¿Qué buscas, quién eres, eres policía?», fueron las primeras preguntas, su primo le dijo: “calma “Perro, es brother, no traería a nadie que fuera de confianza». Acto seguido se retiró, tomó su celular e hizo una llamada, 30 segundo máximo fue la duración.

Los ve mañana en la Poniente 5 y Oriente 7 de Valle, 10 de la mañana sin falla”; fueron las palabras, sin agregar algo se dio la media vuelta y se fue sin voltear. Valle de Chalco, es un municipio plagado de inseguridad, de casas de seguridad de secuestradores, de negocios que han sido cerrados por los constantes cobros de piso del crimen organizado.

LLEGA LA CITA CON “EL MAY”

Otro golpe al cigarro, el humo lo soltó lentamente haciendo círculos en el aire, eran sus llamadas “donitas” que le divertían. «Qué buscas wey, tú pide, yo te doy, llegas al paraíso».

En corto yo te puedo vender un arma, pero ya sabes esa madre es caliente, es la que vas a usar y es más o menos en corto unos tres varos que son las más quemadas que pueden haber, pero si quieres algo limpio algo con papel, obvio todo chocolate 12 varos, 15 varos”, dijo «El May».

Necesito un fogón (arma), ¿cuanto por uno? Su respuesta fue directa con esa voz entre cantadito que es muy peculiar entre los jóvenes del llamado barrio.

Hay armas hasta granadas, explosivos, todo lo que quieras papá, ¿quieres hacer un desmadre, una fiesta? Todo se consigue barato, desde te digo, lo más comercial son mil 500 hasta unos 15, 20 varos”.

Cortante en su plática, voltea una y otra vez, busca algo en el horizonte, su mirada asemeja a la de un roedor que se siente en peligro. Nuevamente pasan el convoy de fuerzas federales que patrullan el municipio. Es martes, es día de tianguis, momento en que se puede pasar inadvertido entre el ir y venir de las personas que acuden a sus compras.

Pocos saben que “El May”, es parte de la organización que el pasado 18 de febrero del presente año, le robo a la policía municipal de Nezahualcóyotl, 13 pistolas y una subametralladora, así como una radio de comunicación del sector de la colonia El Sol.

Hoy esas armas ya fueron vendidas o rentadas a delincuentes para el robo en el transporte público o ejecuciones por encargo en los municipios de Valle de Chalco, Ixtapaluca, Nezahualcóyotl; el costo de cada pistola calibre 9 milímetros fue de 5 mil pesos o en su defecto el alquiler por día, es de 500 pesos, los cartuchos se venden por separado.

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